Una habitación, una noche solitaria, un libro, y recuerdos. Un sueño, una maleta, mudos amigos, una ilusión, y la realidad en otra perspectiva.
Un camino que describe la necesitad de entender lo que la velocidad de este mundo consigue esconder a nuestros ojos; la necesitad de tener fe en uno mismo y adquirir la concienca de que somos el centro de nuestro propio mundo.
Una animación de seis minutos y un trabajo de mucho mas tiempo han creado la gana de expresar todo esto pudiendo interactuar con este mismo mundo. Un mundo que se representa ahora a nivel estático, objetos inanimados que crean vida al tocarlos y que nos llevan en la fantasía de Hermes, el protagonista del corto y dueño en algun modo de una maleta, símbolo del proyecto y coprotagonista de la historia.
Esta maleta, que atrapa Hermes y lo escupe en un mundo paralelo, aquí hace lo mismo llevandonos allí donde ella quiere, manteniendo así el mismo papel de intermediario entre realidad e imaginación, vida y sueño, experiencia y conciencia.
Se trata de una instalación que permite interactuar con algunos objetos fisicos, los mismos que se presentan en "El sueño de una vida". Una maleta que contiene una de las escenas de la animación, con los mismos objetos y la misma estética. La idea es la de poder interactuar con ella activando videos, fotos y sonidos relativos a la animación tocando estos mismos objetos. Tocar con mano un mundo manual y convertirlo en interactivo.
Contenedor de interfaces, la maleta representa mas bien lo que nos tiene dentro de mundos imaginarios: es el contenedor de nuestro pasado presente y futuro, de los viajes y los recuerdos, de las experiencias y de las personas perdidas, de las que se quedan dentro y de las que deseamos ver, de nuestros deseos.
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